Tras nueve años en prisión, el gran carcelero de las Farc pidió la libertad condicionada.
Tras nueve años y cuatro meses detenido en la cárcel Picota de Bogotá, Helí Mejía Mendoza, alias Martín Sombra, recuperó su libertad tras manifestar su intención de someterse a la Jurisdicción Especial para la Paz.

Aunque Mejía se desmovilizó y postuló a la Ley de Justicia y Paz que le daba una pena máxima de ocho años, el gran carcelero de las Farc –se encargó de custodiar a los militares y policías secuestrados en tomas guerrilleras como la de Mitú y al grupo de políticos donde se encontraban Ingrid Betancourt y Clara Rojas–, tiene pendiente el trámite de la audiencia concentrada, por lo que decidió aplicar al nuevo mecanismo de justicia transicional y acelerar su salida.
En la diligencia, el magistrado Álvaro Moncayo del Tribunal de Justicia y Paz de Bogotá aseguró que de acuerdo con la Ley 1820 del 2016 Mejía, capturado en febrero del 2008 en Boyacá, sí tiene derecho a aplicar al beneficio de la libertad condicionada porque cumple con los requisitos establecidos en el acuerdo de paz: acreditó su pertenencia a las Farc, sus delitos fueron cometidos antes del 1.º de diciembre pasado y lleva detenido más de cinco años.
En todo caso, Mejía deberá presentarse ante el sistema de la JEP cuando las salas de ese tribunal estén listas para que sus magistrados tomen una decisión de fondo; esto, aunque está casi listo y cumplido el proceso que se le sigue en Justicia y Paz.

Según el abogado de Martín Sombra, Juan Castillo Pachón, todavía no existe claridad sobre cuál ley absorbe a la otra, por lo que no se sabe cuáles serán las condiciones en las que se estudiará el proceso de Mejía en la JEP.

En la audiencia que tuvo lugar este miércoles, la Fiscalía, la Procuraduría y un representante de las víctimas apoyaron la petición de libertad de Mejía, a quien la Fiscalía le imputó 164 hechos delictivos en los que participó desde 1966, cuando llegó a las filas de las Farc siendo aún menor de edad.

‘Martín Sombra’ lideró en los 90 la columna Mario Hernández, encargada de vigilar a los cientos de secuestrados que caían en manos de las Farc.
«ARTICULO TOMADO DE EL TIEMPO»

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